LA CASA DE PAPEL – TEMPORADA 1

Una chica que se despierta repentinamente y apunta con una pistola. Es Tokio. La busca la policía después de matar al guardia de seguridad de la oficina bancaria que había atracado con su novio, al que este guarda había asesinado.

Habla con su madre, que está con la policía. Es una trampa, pero ella no lo sabe. Quién sí lo sabe es un hombre que llega con un Seat color rojo bastante antiguo. Le propone un último atraco, algo singular. ¿Qué tal estaría conseguir un botín de 2.400 millones de euros? Y así, como el que no quiere la cosa, empieza el entrenamiento. Durante cinco meses tendrán que prepararse para llevar a cabo el atraco.

Empezamos a conocer a los personajes. Berlín, Moscú, Denver, Río, Helsinki, Oslo y Nairobi. Ah, y se nos olvidaba lo más importante: el profesor. Él es el alma y el cerebro de esta intervención.

En el interior y el exterior de la Casa de la Moneda y Timbre, seguimos conociendo gente. Tenemos a Mónica, que está en uno de los baños con un test de embarazo positivo. Mientras tanto, una clase de instituto llega en autobús para hacer una visita al museo de la fábrica. Se hace especial énfasis en Alison Parker, de la que hablaremos más tarde.

Siguiendo con el plan, los atracadores utilizan a varios policías que secuestran y consiguen entrar dentro de la Casa de la Moneda y Timbre. Y allí encuentran el gran objetivo: Alison.

Una vez tienen a toda la gente en el vestíbulo, empieza la actuación. Fingen que quieren salir del edificio una vez atracado, pero que no les da tiempo porque llega la policía. Es entonces cuando el comisario llama a una inspectora que lleva el caso y nos presentan a la buena, aunque en esta serie será la mala, porque queremos que los malos sean los buenos, Raquel Murillo. Y es entonces cuando se inicia la intervención policial.

Tras conocer que quieren entrar dentro de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que sabemos que Alison Parker es hija del embajador de Reino Unido y que, por tanto, hay que mantenerla a salvo como sea. Los secuestradores visten a los rehenes como a ellos mismos para que la policía desista en el deseo de entrar y hace que Alison entre en la radio para contar lo que está ocurriendo. En ese momento empieza lo bueno. Se inicia el plan real: Imprimir los 2.400 millones de euros.

Por cierto, de Raquel tenemos que contar que ha denunciado a su marido por malos tratos, por lo que le han concedido una orden de alejamiento y le han dado la custodia completa de su hija. Ah, y encima se ha encontrado con el profesor en un bar cercano a la escena del crimen.

Un tiempo después empiezan los errores: Alison se hace con su propio teléfono y la policía consigue activar la cámara, haciéndose con la imagen de Río. A través de ese fotograma descubren su identidad. 

Poco tiempo después, ella y el secuestrador habían intimado un poco, algo que no había gustado nada a Tokio, ya que habían estado teniendo una relación secreta durante los meses previos que duró el estudio del plan.

Durante la petición de comida y medicinas, Mónica pide una píldora abortiva para deshacerse del niño que espera de Arturo, al que todavía no habíamos nombrado, pero que recordaréis por ser uno de los personajes más odiosos de la televisión mundial. Cuando la chica va a tomársela, coge un teléfono del despacho de Arturo, aunque la pillan al sonar un mensaje. Berlín le pide a Denver que la mate y la lleva al baño para hacerlo.

Parece que Denver y Mónica han conectado con el tema del embarazo, por lo que es incapaz de matarla. Finge su muerte disparándole en la pierna y la esconde en la cámara acorazada. Además, Raquel y el profesor siguen intimando en la cafetería.

Cuando Moscú piensa que su hijo Denver ha matado a Mónica, le entra un ataque de ira y quiere escapar. Pero éste le cuenta en secreto que no lo ha hecho y que la tiene escondida. Al querer salir a tomar el aire en la azotea, los atracadores llevan a unos rehenes vestidos como ellos. Arturo se vuelve loco al pensar que han matado a Mónica, por escuchar una conversación, por lo que la policía lo confunde con un atracador y le disparan. 

Aprovechando que han disparado a Arturo y que ahora necesitan un equipo médico, Raquel decide infiltrar a su compañero Ángel dentro de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. El profesor, que lo conoció un tiempo antes, le detecta rápidamente. Por ello, hace que los atracadores le metan un micrófono en las gafas, que le servirá para escucharle lo que ocurra dentro de la carpa policial.

Por otro lado, conocemos la historia del hijo de Nairobi. Le quitaron al niño debido a las drogas y haberlo dejado solo para ir a pillar pastillas. Su intención de entrar en el atraco es tener dinero para recuperar a su hijo.

Poco a poco empezamos a ver avances en la enfermedad de la madre de Raquel, que vive con ella. La mujer padece Alzheimer y está olvidando las cosas poco a poco. Y no es el único frente que tiene la inspectora por delante. Al atraco hay que sumar la declaración de amor que le hace su compañero Ángel, quien afirma haber estado enamorado de ella desde siempre.

Por otro lado, parece que la madre de la inspectora no es la única enferma. Berlín se pincha algún tipo de medicamento para mejorar su salud. Gracias a una huella que encuentran de Berlín, descubren su verdadera identidad. Andrés de Fonoyosa. Respecto a él, saben que ha sido diagnosticado con una enfermedad degenerativa rara. Además, Berlín descubre que Mónica sigue viva.

Raquel entra dentro de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para ver si todos los rehenes siguen con vida, después de que se active el Plan Valencia, que consistía en hacerles gritar mientras los atracadores disparaban al aire, haciendo pensar que habían podido matar a algunos rehenes.

Por otro lado, Ángel empieza a sospechar de Salva, el alter ego del profesor con Raquel, y le roba una cucharilla con la que comparar una huella que han encontrado. El profesor le ha tendido una trampa a Ángel. Hace que Raquel sospeche que él es el traidor, por lo que lo expulsa del operativo.

Dentro del atraco, Denver y Mónica se acercan más y más, hasta el punto de mantener relaciones. Por otro lado, los guionistas nos hacen pensar que Raquel ha descubierto al profesor tras todo lo que le ha contado Ángel, pero como siempre, él sale ileso, y ahora con Raquel como aliada, después de convencerla que él no ha hecho nada malo.

Ángel es el que nos reacciona también. Tras la expulsión del operativo, empieza a beber alcohol mientras conduce. Durante la conducción recibe una llamada de científica que le confirma que la persona que ha tocado la cucharilla es la misma que la de la persona de la huella no identificada. Pero antes de poder contárselo a nadie, aunque deja un mensaje de voz, tiene un accidente de tráfico.

Pero lo que sí que es fuerte es lo que ocurre con varios rehenes. Reúnen herramientas para poder escapar, y mientras los atracadores están distraídos, abren un boquete gracias a los explosivos que había colocados. Han abierto una gran puerta hacia el exterior, que la policía puede utilizar para entrar. Ah, y aunque no es un personaje que aportara gran trama a la serie, sufrimos la primera baja. Los rehenes que se han escapado abren un boquete en la cabeza de Oslo.

Aunque sufren un intento de entrar por parte de la policía a través de ese agujero, los atracadores consiguen pararles los pies rápidamente soldando una plancha de metal en el boquete.

La madre de Raquel avisa al profesor del mensaje que le ha dejado Ángel a su hija, pero éste consigue eliminarlo del teléfono. Y el Alzheimer ayuda a que la mujer tampoco lo recuerde. Lo que los atracadores no esperaban era que, a través de algunos cabos sueltos, la policía consiguiera llegar a la casa de Toledo, en la que estuvieron más de cinco meses estudiando el plan de atraco.

Una vez allí, Suárez avisa a Raquel de un descubrimiento que puede cambiarlo todo. Encuentra en una habitación en la que están todos los planos, informes y documentos sobre la operación. La policía ya lo sabe todo.

Pero lo que ocurrirá en los siguientes episodios, tendremos que esperar a verlo en el resumen de la segunda parte de La Casa de Papel.

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